Videntes recomendadas: Adivinando el futuro
El temor a la incertidumbre
La vida humana está sometida a la más cruel de las tiranías, el paso del tiempo. La fuerza inexorable que nos empuja hacia el futuro no anuncia las estaciones por las que iremos pasando. No alcanzamos a ver lo que nos deparará el destino. Como mucho sabemos que un día será el último y la incertidumbre del día siguiente se multiplica por infinito.
Las palabras pierden sus significados cuando la razón pretende abarcar todos los bordes de la existencia. De la angustia, de esta lucha por dignificar con un sentido la condición humana han nacido tradiciones en las que se ha visto una pequeña luz. Gracias a la gente que en distintas épocas las ha valorado han llegado hasta hoy. Todas tienen sus versiones falsas. Por cada moneda de oro hay seis imitaciones de latón.
Las luces que nos llegan de la antigüedad
La conciencia que ha estudiado esas tradiciones antiguas encuentra una esencia permanente entre pasado, presente y futuro. Como si lo que está ante nosotros fuera inmutable y eterno. Quien es capaz de ver con estos ojos siente las sombras del futuro en el presente. Al interpretarlas trasciende el tiempo y puede anunciar lo que está por venir.
No hay en estas personas las más mínima señal de engreimiento o soberbia por su capacidad. Son honestos y aprecian los detalles normales de la vida por su precisa sencillez. Son como las piezas de un molino con el que cualquier cantidad de grano termina convertida en harina. Sabemos que la fuerza que lo hace posible no está en las piedras que lo componen. Viene del aire o del río y parece inagotable.
El futuro se puede conocer como conocemos el presente gracias a videntes recomendadas. Con la atención puesta en la esencia de las cosas. Aquella que está inmersa en todo y para la que no hay antes o después. Todo fue, es y será ahora para quien ha abandonado sus limitaciones, confiado en una luz poderosa que vence todas las inquietantes tinieblas.