¿Realmente existe la brujería? ¿Qué es exactamente?
La brujería es un tipo de arte que desde siempre ha sido practicado por las brujas. Es posible que te preguntes porque recibe el nombre de brujería y no de magia en general. Esto tiene una razón histórica y es que la solían practicar las mujeres, las brujas, mientras que la magia se asociaba a los magos.
Podemos encontrar toda una serie de referencias de mujeres que se basaban en la brujería para ayudar a curar a personas de enfermedades que, hasta la fecha, eran incurables. Sin embargo, debido a la campaña de desprestigiarían de la magia en la Edad Media, y luego seguida por la Santa Inquisición, se asocia a la brujería como magia negra y se la considera como algo prohibido, algo censurable.
No obstante, mucho tiempo ha pasado de esa persecución de brujas y, afortunadamente, nuestra forma de pensar también ha evolucionado. Ahora somos capaces de ver las cosas con otros ojos: podemos encontrar hechizos de brujería que nos pueden ayudar en nuestro día a día; por ejemplo, pueden servirnos para tratar ciertos problemas de amor con nuestra pareja, de amistad, de salud, de dinero, de trabajo… o de cualquier otra cosa que se nos pueda llegar a presentar.
Algunas de las formas más habituales para practicar la brujería
Rituales
Cuando hablamos de un ritual, nos referimos a un complejo proceso en dónde la vidente precisará de una serie de ingredientes selectos adaptados a cada situación en cuestión. El resultado de la brujería dependerá de una serie de factores: cómo puede ser el orden en el que se usen los ingredientes, la cantidad de los mismos, la experiencia de la profesional…
Para que estos rituales funcionen todavía mejor, lo que se suele hacer es elegir el momento perfecto: cómo puede ser, por ejemplo, una noche de Luna Llena.
Hechizos
Los hechizos se pueden confundir con los rituales, aunque son cosas diferentes. El objetivo del ritual es, a través de una serie de pasos, realizar una determinada acción que nos ayudará en nuestro día a día a conseguir el objetivo establecido.
El hechizo hará lo mismo, pero mediante el poder de las palabras.
Tendremos que recopilar una serie de ingredientes y usarlos de la forma establecida; sin embargo, el final será diferente ya que en él formularemos el hechizo en cuestión. Para conseguir los mejores resultados de este tipo de brujería, la persona que lo está relacionado tendrá que concentrarse lo máximo posible.
Oraciones
Podemos decir que los hechizos se encuentran en un punto medio entre los rituales y las oraciones; en estas últimas no necesitaremos recopilar ingredientes, son simplemente una serie de frases que habrá que formular en un momento determinado.
Por ejemplo: las podemos recitar antes de irnos a dormir, en el momento en el que tenemos un problema de pareja, cuando vamos a entrar a una entrevista de trabajo…
Aquí nos basamos en el poder de las palabras sin ayuda de ningún ritual.
Amuletos
Y, por último, tenemos los amuletos; estos en realidad son el resultado de un ritual anterior y de un proceso de brujería. Se cargan con una determinada energía que nos puede ayudar en cualquier momento.
Existen amuletos para tratar problemas de amor, de salud, de sexo, de dinero, de trabajo…
Es importante recordar que el poder de un amuleto no dura toda la vida, sino que lo hará únicamente durante un tiempo estipulado. Una vez haya vencido su tiempo de vida, habrá que renovarlo o crear uno nuevo.
Ahora ya sabes las diferentes maneras de manifestación de la brujería.