Cruz celta: simbolismo e historia
La cruz celta es un símbolo conocido que se utiliza en diferentes religiones. Se representa con la clásica cruz cristiana pero, a su vez, tiene un círculo interior que la dota de un aspecto completamente diferente.
Su origen procede de la antigua Irlanda en los primeros años del cristianismo donde se empezó a confeccionar los primeros diseños de las cruces (estas serían de piedra y tendrían clara influencia del arte céltico).
Se piensa que las primeras cruces proceden directamente del siglo VII aunque no como objetos tridimensionales si no como grabados en piedras o gigantescos bloques. Estas cruces fueron creadas por monjes de Irlanda y luego se irían extendiendo a través de Gran Bretaña.
Hubo un tiempo en el que parece que su avance cesó y no se supone nada de ellas. Sin embargo, alrededor del siglo XIX se produce un fenómeno conocido como “renacimiento celta” en donde vuelven a emerger así como otros elementos celtas.
¿Qué significa?
No debemos caer en el error de pensar que una cruz cristiana y una celta representan lo mismo. A pesar de que siguen la misma estructura, lo cierto es que, seguramente, no fueron creadas con el mismo fin.
A lo largo de los años numerosos expertos han intentado encontrar una explicación al anillo que rodea la cruz aunque todavía no se sabe realmente cual es el motivo. Según una leyenda muy conocida, San Patricio (un santo Irlandés) creó este símbolo para representar la unión entre los astros (como el solo o la luna) con la religión para conseguir propagar mejor su mensaje.
Algunos expertos tienen una explicación mucho más banal aunque más lógica: Las primeras cruces no presentaban una estructura muy férrea y, cuando se añadía el círculo, se volvían mucho más estables aunque solo fueran parte de la decoración.